El baño como ritual
“Si hay magia en este planeta, está contenida en el agua”
-Loran Eisely

El ritual habitual de sumergirse en aguas cálidas después de un duro día en la tierra tiene una gran historia para compartir.
Este acto aparentemente simple, para algunos una parte de la vida diaria, para otros un ritual de enraizamiento, ha sido una parte perdida y encontrada de la historia humana. Desde su obvia necesidad de limpieza hasta la religión y los cuentos populares, el baño es fundamental para nuestra cultura social, personal, espiritual y colectiva.
Mirando hacia la antigüedad, el baño se consideraba un acto sagrado y ritualista con aceites, bálsamos y hierbas preparados para limpiar no solo el cuerpo sino también el espíritu. Uno de los primeros baños descubiertos (en la década de 1920) fue en el Gran Baño de Mohenjo en Pakistán. Construido por la gente de la civilización del valle del Indo, entre el 3000 y el 1000 a.C., el Gran Baño tiene dos escaleras que conducen a un gran estanque de agua, rodeado por el fino ladrillo de la Ciudadela. Esta piscina fue utilizada como un espacio sagrado para que las personas se bañaran, purificando y renovando a sus huéspedes.
Las piscinas romanas de Bath, una vez conocida como Aquae Sulis. Las piscinas de Bath ahora no se utilizan, pero todavía se pueden ver hoy, contando historias de una época en que el baño tenía un propósito social, no solo para la limpieza, el ritual o la relajación.

En tierras lejanas del otro lado de la tierra, otros portales de agua contienen tradiciones y deidades, dioses y diosas cuyos seres invocan las cualidades del agua: emoción, transformación, paz, poder, misterio y nacimiento, muerte y renovación. Afrodita; nacido de las aguas de Creta, Selkie; las mujeres marinas escocesas, los espíritus del río Celtic Li Ban y el Ganges hindú-védico, Freya; Diosa germánica de la lluvia, la fertilidad y la vida, y la africana Ezili; diosa del agua y el amor. No nos olvidemos de las tortuosas sirenas y los mitos de pesadilla de Krakens. Tramposos y monstruos acechando en las profundidades.
De regreso a nuestros baños modernos, lugares sagrados propios. Quizás decorada con conchas, jabones perfumados y velas que parpadean sobre los azulejos iridiscentes. El ritual del baño se convirtió en un acto privado, grabado en nuestros días para ayudar a olvidar las mareas de la vida moderna: pantallas, teléfonos, quehaceres y listas.

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